¿Dónde estaría el centro del universo?

Desde hace siglos, la idea de que la Tierra era el centro del universo era casi un hecho hasta que Copérnico puso en evidencia el protagonismo del Sol y cambió por completo la visión del hombre respecto a la ubicación central de la Tierra. Esta nueva percepción supuso para la época una ruptura en el pensamiento científico, pero no fue sino hasta los siglos XX y XXI que se desterró por completo, y de forma definitiva, la convicción de que la Tierra ocupa un lugar central en el cosmos. Pero, si no es en la Tierra, ¿dónde estaría el centro del universo?

En la búsqueda del centro del universo

A pesar de que la Tierra y los demás planetas del sistema solar giran alrededor del Sol, es bien sabido que este es solo una estrella más de entre los cientos de miles de millones de estrellas similares que conforman la galaxia de la Vía láctea. De hecho, su resplandor resulta casi imperceptible en el espacio, apenas un punto de luz entre tantos destellos similares que se hallan en la inmensidad del espacio.

También es un hecho conocido por muchos, que existen muchas otras galaxias, parecidas a la Vía láctea, con sus respectivos miles de millones, estrellas y sistemas solares. Gran parte de estas galaxias viajan por el espacio en solitario, otras forman grupos que se unen, a su vez, a otros grupos más grandes, llenando cada espacio del universo. Esto significa que existen, como poco, billones de galaxias, pero lo más probable es que este no sea el límite.

El universo es, de hecho, mucho más que el pequeño porcentaje de estrellas y planetas que es posible observar desde el más poderoso de los telescopios. Se trata de apenas el 4% del total de la masa del Universo total, por lo que cabe preguntarse ¿Qué hay en ese 96% restante?

Materia totalmente desconocida

Una de las grandes inquietudes que tienen los científicos con respecto al 96% del universo que no es posible observar es, sin lugar a dudas, si existe algún otro tipo de materia que se comporte de una manera totalmente distinta a la ya conocida.

Con respecto a esta increíble posibilidad se saben, hasta el momento, dos cosas. La primera es el descubrimiento de un tipo de materia que no resplandece y que no emite ningún tipo de radiación perceptible, por lo cual es prácticamente indetectable. La razón por la cual tenemos conocimiento de ella, es por sus efectos gravitatorios sobre la materia ordinaria, a la que obliga a moverse y contornarse de forma antinatural.

El nombre que recibe este tipo de materia es “materia oscura”, y la misma representa 23% de la masa total del universo. El 73% que resta, resulta aún más misterioso, puesto que se cree que corresponde a la llamada “energía oscura”, la responsable de que el Universo se esté expandiendo cada vez más.

Con estos nuevos hallazgos científicos, cada vez resulta más difícil pensar en que la Tierra ocupa un lugar especial en el cosmos. Sobre todo, si se tiene en cuenta que el universo en expansión es isótropo y homogéneo, es decir, que es igual mires por donde lo mires. Por otro lado, el universo podría ser infinito. ¿Qué sentido tendría entonces hablar del centro del universo, siendo este infinitamente grande?